martes, 1 de marzo de 2011

Adios (sonata para piano clao de luna)

Te has ido, y nuestras manos aún unidas intentan buscar un equilibrio imposible,
entre tu calma fria y eterna, y el fuego de mi desesperación, de mi impotencia.

Ahora, bella como el día en el que me rescataste de un despertar agónico y sin sentido para el resto de una vida, descansas para siempre, sin mí.

Cómo protegerte ahora, cómo sentir la vida, si lo que vivo es muerte sin tí.

Y gritare tu nombre cada noche mirando nuestra estrella,
suplicando que esa lejana luz se apague para condenarme al fin a la soledad que merezco.


Mi cuerpo quiere traerte de nuevo con el calor de un abrazo, con la impotencia de un loco desesperado que no entiende como el tiempo puede seguir llorando segundos si no existe ya el futuro.


Sé que tus ojos me estan mirando, aunque cerrados para siempre, lloran tu alma en lágrimas de vida, un último intento por escapar de lo desconocido y esconderse en mi pecho, (donde tantas veces refugiaste tus miedos y encontraste mis brazos rodeandote, protegiendote de todo, de todos).


Cómo pararé la angustia que derrumba mis ojos al perfilar tu imagen en mi memoria, si mi mundo esta construido siguiendo el contorno de tu cuerpo, si mi amanecer se convertia de nuevo en noche si no te veia al despertar.

Te has ido y el silencio se hace tan insoportable que solo una triste sonata de piano nos envuelve, arrancandome el alma para unirla a la tuya en un son de notas eternas que por fin,
nos unen para siempre

No hay comentarios:

Publicar un comentario